martes, 13 de octubre de 2009

Dame un minuto!!!

El tema de esta entrada nos suena familiar, porque con frecuencia la escuchamos.   En la entrada anterior, comentamos sobre nuevas estrategias del delito.  Particularmente nos referimos a una modalidad de robo.  En este encontramos un ingrediente que, por lo regular, pasamos desapercibido.  El contacto con la víctima se hizo a través de mini mensajes (sms) que hoy día son tan comunes.


No me gusta “dar minutos” desde mi celular, por razones evidentes ($$$) y otra porque, hoy  el que no tiene un celular es porque no quiere.  Pero, lo peor es darlo a un desconocido en una supuesta emergencia.  Cuando usted regala “un minuto” a un desconocido, para algo que usted no puede escuchar y si escucha, no entiende, entonces, podríamos estar frente a una situación de alto riesgo.


Las llamadas telefónicas, aunque usted oculte el número, no son anónimas.  No podemos escudarnos en que el número no es visto por el receptor, ya que es solo invisible para este, no para las compañías telefónicas.  Las compañías telefónicas pueden localizar el número originario de la llamada o sms, así como, la zona en que se encontraba la persona al momento de realizar la llamada.


El internet tampoco es anónimo, la conexión se hace, regularmente, por la vía telefónica y esto permite el seguimiento de las huellas dejadas por dichos mensajes desde el computador de origen al computador de destino, sin importar la distancia entre estos puntos.   


Tengamos cuidado con nuestra compasión.  Si no es de vida o muerte evidente, ¿por qué darle” un minuto” de mi celular a un desconocido?

domingo, 4 de octubre de 2009

Ladrones a Domicilio?

En ocasiones presenciamos o nos enteramos de situaciones que, lo mejor es reír para no llorar.

Leyendo la edición de hoy de el Listín Diario, me encuentro con una noticia que me hace recordar una historia de ocurrida unos años atras.

El titular de la noticia; Llaman a periodista asaltado para venderle su vehículo, luego de leerla, me recuerda el caso de una compañera de trabajo que llegó a la oficina, retrasada y sin sus lentes recetados. Narró que, mientras esperaba un carro público para ir al trabajo, un jovencito, que le pasó por el lado, le arrebató los lentes de la cara. Ante la situación, ella debió regresar, momentáneamente, a la casa y esto provocó el retraso.

Al día siguiente ella llega con sus lentes.  La narración que hace es que, ella le contó a uno de los "muchachos del barrio", que iba a su casa, lo ocurrido, este dijo que por la descripción dada, podía investigar de quién se trataba. 

En la noche ya había sido localizado el jovencito y los lentes, pero se agregaba un ingrediente nuevo. El joven le dijo a mi compañera: yo sé donde están tus lentes, pero tienes que buscar unos chelitos por que los lentes ya están negociados (mercancía x drogas). Mi compañera acepta y paga la recuperación. Regresa al día siguiente al trabajo con sus lentes.

Un par de semanas más tarde, la historia se repitió, y al ser contada la historia nuevamente en la oficina, otro(a) de los (las) compañeros(as) le dijo: Ha!!! Pero es un san que están jugando contigo.

Así estamos desde hace mucho, solo que ahora los montos envueltos son muy altos.